Amélie Black - .Spring

Amélie y Amy, hijas de Alexander y Elizabeth Black, nacieron en un barrio alto de Escocia, Glasgow. Las pequeñas fueron criadas por su tía y hermano mayor, Aaron, creyendo que sus padres habían muerto en un accidente automovilístico, lo que le generó a Amélie un temor hacía los coches.
Al entrar al jardín de infantes no mostró mucha habilidad para comunicarse con sus pares, prefiriendo normalmente jugar sola en un rincón. Pero esas tendencias autistas del momento no impidieron que un chico llamado Jacob Jones se acercara a jugar con ella, volviéndose con el tiempo su mejor amigo.
A los 12 años se empezó a sentir atraída por este mismo, y al no poder exteriorizar sus sentimientos descubrió una forma de desahogo en la música. Escribía muy seguido canciones, primero solamente sobre Jacob y luego sobre casi cualquier tema que se topase con su vida. Su hermana solía decirle siempre que ella era poseedora de un gran talento y de una inigualable voz, lo que alentaba aún más a Amélie a continuar con su escritura y canto.
Cuando cumplieron los 13 años las asaltaron a Amy y a ella en un callejón a la salida de un cine. Eran las 11 de la noche y el tipo iba armado con una navaja. Amy llevaba un collar que valoraba mucho y Amélie un mp4 cuyos audífonos tenía a la vista. Es por ello que Amélie sacó este de su bolsillo ,con intenciones de dárselo al ladrón, y nerviosamente desenredo los audífonos de su cuerpo, poniéndolos en su mano, pero en el proceso sin querer prendió el reproductor, el cual estaba en un volumen bastante alto, y empezó a sonar la canción “Telstar” del grupo “Los Tornados”. Amy por otra parte, estaba indecisa respecto a si entregarle o no el collar al ladrón, por lo que el tipo se le acercó con la navaja y la amenazó directamente. Amélie se empezó a desesperar frente a la impotencia de no saber qué hacer, y de pronto noto como la zona sobre los audífonos empezaba a iluminarse, y en un segundo esa pequeña luz fue un destello que dio directamente con los ojos del bandido, haciéndolo botar el cuchillo y cerrar sus ojos. Amélie quedó inmóvil ante la situación, pero Amy actuó raudamente propinando una patada en las partes nobles al tipo. Al ver esto Amélie despertó de su transe, tomo a Amy de la mano y la arrastro corriendo hasta su casa, ya que el tipo podría levantarse y perseguirlas.

Al llegar a casa ella le contó lo que había sucedido a su hermano mayor, ya que es la persona en la que más confía desde siempre, aparte de su hermana gemela, y la persona que considera más sabia. Al oír el relato su hermano se estremeció, sentó a las gemelas y les contó la verdad sobre sus padres:

Habían pasado unos 7 meses desde que ellas habían nacido, Aaron tenía 14 años y llevaba una vida decente con sus padres. Alexander Black era de una postura Anti-mutante extremista, y siempre hablaba de exterminar a todas esas aberraciones. Elizabeth, por su parte, jamás emitía comentarios al respecto.
Una tarde Aaron volvía del colegio a casa cuando oyó el ruido de un vaso quebrarse dentro de esta, entró disimuladamente y se topó con una escena que siempre tendría en su mente: Había un vaso con hielo en el suelo, y su Padre apuñalaba a su madre mientras le decía Mentirosa guarra mutante, impura, y demaces. Aaron alarmado, fue hacia la habitación de las gemelas, y aprovechando que estaban dormidas las levantó de su cuna y salió por la ventana, para luego llamar a la policía desde un teléfono público. A su padre lo arrestaron y lo condenaron a 20 años de prisión, además de ponerle una orden judicial para que no se pudiera acercar a más de 200 metros de las gemelas o de Aaron. Por esto mismo, al no tener un lugar donde vivir, fueron forzados a mudarse con su tía Elle a Edimburgo.
Aaron mas tarde les explico que no era mutante, pero siempre había temido que ellas lo fuesen, por lo que desde los 14 años empezó a practicar Muay Thai y algunas otras Artes marciales en menor medida, para poder así protegerlas de cualquier problema que pudiesen tener. Una vez terminó de contarles el relato a las gemelas acordó que, les gustase o no, les enseñaría a pelear para que pudieran defenderse.

Aaron les impuso un entrenamiento intensivo a ambas, con duros ejercicios y rudos entrenamientos, pasaron todas las vacaciones de verano de los 13 años entrenando con su hermano, y sin mencionar todas las tardes luego del colegio, todo el sábado y la mañana del domingo. Aaron se mostró decidido a que sus hermanas fueran buenas batallando cuerpo a cuerpo, y lo logró.

Amélie siempre odió los entrenamientos a los que Aaron le sometía, pero su afecto y admiración hacia su hermano mayor la convencía de que tenía razón en lo que hacía. A la par con el entrenamiento ella trataba de hacer ese destello nuevamente, primero trató concentrándose en silencio absoluto, pero no dio resultado. Luego supuso que tal vez la música lo ayudaría a concentrarse e inmediatamente junto a la música logro “crear” luz. Amélie mas tarde pudo notar dos cosas: la primera, que cada vez que “creaba luz” el volumen de la canción bajaba espontáneamente. Y la segunda, que esa luz la podía trasladar a voluntad, pero por más que trataba no podía volver a realizar ese potente destello que cegó temporalmente al ladrón. La primera cosa le llevó a la conclusión de que su “luz” provenía del sonido, y la segunda que esa luz creada del sonido podía manejarla a voluntad.

Su estado de “mutante” era un secreto que solo sus hermanos , su tía y Jacob conocían. Amy y Aaron siempre estaban apoyando a Amélie durante sus duros entrenamientos, y sus prácticas con el “poder”. Por eso, Amélie siempre ha tenido en cuenta que son las dos personas más importantes del mundo para ella, y que no sabría que hacer sin ellos, cosa que es totalmente cierta.

Cuando tenía 14 años, el padre de Jacob consiguió un empleo en Alemania y tuvieron que mudarse, pero antes este le permitió viajar a Edimburgo para despedirse de Amélie. Al despedirse de él, Jacob le hizo jurarle que no dejaría que nada la detuviese en lo que deseara, que no perdería contacto con él, y que siguiera siendo la misma buena persona que había conocido hace 10 años en un jardín infantil. Pero por su parte Amélie le hizo jurar a Jacob que volviera alguna vez. Mientras que ella le dio un cubo de rubik ya que había estado tratando de resolverlo desde hace mucho tiempo y jamás había podido, Jacob le dio un silbato de defensa personal, para que lo utilizara junto a su poder cuando la situación lo ameritara.

Pasados los meses, al presenciar cómo habían asaltado a un chico en la calle, tomó la decisión de que con su poder debería estar tratando de ayudar a la gente en lugar de no hacer nada, por lo que decidió ser una “vigilante”.

A espaldas de su hermano, pero no de Amy, empezó a salir a la calle a combatir el crimen portando un pasamontañas, un overol negro y haciéndose llamar “Telstar”. Compró un par de bocinas de bolsillo para utilizar junto a su poder, con el cual aprendió luego de mucha practica a realizar ese destello que empezó todo, y durante 1 año estuvo manteniendo el crimen en esa zona de Edimburgo a raya. No se sabía si la tal “Telstar” era un mito, pero si se sabía que muchos delincuentes eran frustrados y golpeados.

A sus 16 años de edad, se topó con un robo en un banco, y fue a detenerlo como buena vigilante en servicio. Eran dos tipos los ladrones, y ambos armados. Amélie atacó a uno por la espalda noqueándolo muy rápido, pero el otro le alcanzó a apuntar con su revólver. Se puso muy nerviosa al vérselas cara a cara con un arma de fuego (las anteriores veces los había desarmado rápido), el tipo avanzaba a pasó decidido y sabía que ante cualquier movimiento saldría herida, y posiblemente muerta. Sin tener otra alternativa Amélie tomó una bocina de su bolsillo y la hizo sonar, inmediatamente el sonido se torno una pequeña luz, y ella la dirigió hacía el ratero poniendo su palma en dirección a él, esperando cegarlo con un destello, pero lo que pasó fue otra cosa: El tipo quedo atónito al ver la luz salir de la nada, y posiblemente la adrenalina del momento influyó en el poder de Amélie, ya que en vez de un destello lo que salió fue un rayo de luz que impacto en el costado izquierdo del abdomen del atacante, el cual cayó al suelo gritando de dolor, mientras tapaba esa zona con sus manos, la cual humeaba. Amélie sin más por hacer huyó hacia la casa de su tía.

Al llegar al hogar se topó con su hermano y con una persona desconocida para ella. La misteriosa mujer había venido a hacerles la oferta de enviar a las gemelas a un colegio de mutantes, donde podrían aprender a manejar sus habilidades y estarían entre semejantes. Aaron se mostró completamente en contra de la idea de dejar a sus hermanas en cuidados de cualquier otra persona, ya que siempre había sido muy sobreprotector, pero ellas lo convencieron de que la idea de ese instituto les interesaba bastante y que por favor les permitiera asistir. Una vez su hermano aceptó se encaminaron hacia la academia X.